(Depende, sobre todo, de uno mismo)
Estamos en vísperas ya del sorteo extraordinario de la lotería de Navidad. Ya se escucha por todas partes la cantinela de siempre: “Ay, si me tocara la lotería…”. Pues no, no te va a tocar, como a casi todo el mundo.
Yo creo que es mas practico pensar que ya te ha tocado, y te toca todos los días, lo que pasa es que estamos muy ocupados en hablar mucho y meditar poco. Estas distraído…porque, que mas lotería que tener salud, un hogar, unos amigos, una familia, alimentos suficientes, un cochecito… Estas cosas las tienen muchos de los que dicen “¡Ay si me tocara!”
No seas necio, siéntate cómodamente y medita a ratos, cosa que haces pocas veces, y veras que eres inmensamente rico, quizá no en dinero, pero ya sabes: Solamente lo barato se compra con el dinero. Además, si has logrado lo que tienes con esfuerzo, con lucha, que es mi caso, sientes una enorme satisfacción que te hace feliz.
A mi no me interesa para nada la lotería y será muy difícil que me toque. ¡Si no juego!
Yo ya me considero millonario todos los días, cuando pienso que con las penurias que pasé, vivo ahora desahogado. Me ayuda mucho el contemplar cuanta necesidad hay, y que a mi no me arrolla gracias a Dios, la suerte y mi rara manera de pensar, pero que a mi me ayuda.
Estoy seguro que no todos los millonarios son más felices que yo. Desde luego, la miseria, la pobreza, tampoco son deseables. Lo ideal es la zona intermedia, que es donde estamos la mayoría, unos mas arriba y otros un poco mas abajo.
¡Tenemos a nuestra disposición tantas cosas maravillosas! La naturaleza, que está ahí, muy olvidada por demasiada gente, la música, un buen libro, una buena compañía, algunas cosas de la TV, a la que creo se desprecia demasiado, por no saber seleccionar el programa adecuado para cada uno… En fin, miles de cosas que a veces por apatía, por que estás triste y demás circunstancias, no las ves, estas como ciego y contagiado por gentes que están como tú, apoltronadas, aborregadas.
¡Vamos! ¡Despierta! Vive la vida que tienes en tu entorno y que es maravillosa si tú quieres verla así. Depende casi siempre de ti.
Jaime Melendrez Zincke
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