Parece increíble,
pero la mayoría de los españoles no sabemos hablar y escuchar. Creo que habría
que crear escuelas para adultos que enseñaran a relacionarse correctamente.
Este, aunque no lo
parezca es un tema de capital importancia, causa de innumerables problemas de
todo tipo: separaciones, disputas, peleas, y si, si, es causa también de muchos
asesinatos que comienzan por ahí, por discutir acaloradamente.
Y es que tenemos que
aprender a escuchar, esperar el turno para poder hablar sosegadamente, respetándose
el uno al otro. Aunque ya se que es imposible, seria muy practico dejar un
tiempo corto (4 ó 5 segundos) antes de replicar.
Sabemos todos que si
escuchas aprendes siempre, aunque sea de un ignorante, pues te está poniendo un
ejemplo de cómo no debes hablar. En cambio si hablas mucho es posible que te
equivoques mucho.
¿Por qué hablar
mucho? Del silencio y de la soledad
también se pueden extraer maravillas. Las mejores obras de todo tipo que hace
el hombre salen casi siempre del silencio y la meditación.
Y llegamos, como casi
siempre, a la raíz de casi todo, sobre todo en este país nuestro: La educación.
Este tema es
fundamental también. Sin una educación, sin una cultura seremos siempre un
pueblo muy mejorable.
Pongamos, por ejemplo
la televisión, que es la profesora mas importante de este país, la que mas
alumnos tiene todos los días y noches. ¡Qué pocos programas sirven para educar!
Más bien, al contrario, parece que lo que pretenden es confundir, enloquecer a
la gente.
En fin, creo que hay que
mejorar muchísimo los modales, las relaciones humanas, escuchar y escuchar. No
gritar nunca ni a los sordos, pues “oyen” más con el movimiento de nuestros
labios que con los gritos.
Otra cosa que no
abunda es la humildad. Más bien parece que el humilde es más tonto, cuando no
siempre es así, lo que pasa es que se lleva más chillar.
Y por ultimo otra cosa
muy importante: Saber distinguir entre compartir y respetar. No es compartir
respetar la opinión de otra persona, aunque sea diametralmente opuesta a la mía.
El tiene una idea muy diferente a la mía por muchas circunstancias diferentes
que se han dado en su educación, modo de vida, familia y un largo etcétera. Más
bien debemos aprender de él seguramente muchas cosas, y él de nosotros también.
Jaime Melendrez Zincke