El chaquetón raído
la libertad al hombro y un gorro extraño…así comienza una bonita canción y así
comienzo yo con la entrevista a Josechu, un mendigo que se sale del montón.
Su área de actuación,
la Ciudad Escolar, por donde pulula con su carácter siempre alegre. Como me
sorprende siempre su estado de ánimo, difícil de entender en una persona con su
precaria situación, me decido a hacerle una entrevista que el acepta encantado.
Sus respuestas son estas:
Dice que los ricos
son los más pobres. Ve a los ricos cada vez mas ricos y a los pobres cada vez
mas pobres, siendo la gente de nivel medio la que mas ayuda.
¿Dormir? “En
cualquier sitio” me responde con sorprendente alegría. No parece preocuparle
esto.
Es una de la pocas
personas que no quiere TV ni radio.
Del gobierno opina
que son todos mas o menos iguales, que van todos a lo suyo.
No le preocupa nada
su futuro, vive al día en todo.
No siente nostalgia
alguna por su etapa laboral. Está mas a gusto como vive ahora.
Vivía en Madrid con
su familia, pero un día tuvo una discusión con su esposa. Le dio una… bofetada,
y hasta hoy.
Le gustaría pasar un
par de días en Madrid en estas navidades en casa de sus dos hijas. Esta
ahorrando para conseguir el billete para el bus. Le pregunto porque no vive en
Madrid con sus hijas y dice que ni hablar, quiere ser libre. Recorrió ya toda
España y conoce sitios que la mayoría de la gente no sabe ni que existen.
Me sorprende su
alegría siempre y me dice que por que va a estar triste. (Esto yo creo que es
una lección para todos)
Pero…¿Cómo pasar el
invierno, el crudo invierno? Me responde, después de piropear a una joven que
pasa por su lado, que muy bien, en cualquier refugio o cobijo, con su saco de
dormir (Me hace la observación de que le sobra el tabardo que lleva de día
puesto).
De estas y otras
muchas respuestas, que no transcribo para no hacer demasiado largo este
escrito, no se lo que pensarán los demás, pero a mi me parece que cada día
estamos para aprender algo, y de este marginado social, sorprendentemente,
también se puede aprender si bajamos de nuestro complejo de superioridad,
escuchamos a todo el mundo y no
esquivamos a los que mas necesitados están, no solo de dinero, sino también de
“miguitas de ternura”, como dice el poeta.
Para mi, desde luego,
este personaje pasa al grupo de mis amistades, que por cierto es muy variado.
Mientras no me demuestre lo contrario, le tendré en cuenta, y es más, le estaré
agradecido, porque, sin darse cuenta, me ayuda mucho a valorar lo que yo tengo,
lo que soy y como tengo que ser, pues pienso que las personas tenemos que
aprender todos los días algo. Estamos siempre “en construcción” y… si, si, de
un mendigo también podemos obtener conclusiones validas.
JAIME MELENDREZ ZINCKE
JAIME MELENDREZ ZINCKE
No hay comentarios:
Publicar un comentario